sábado, 2 de abril de 2011

Ciertamente

Dicen que cuando estás a punto de perder algo; la vida, por ejemplo, se te pasan por la mente todos esos momentos que la componen. Y realmente no quieres perder todo eso, ni quieres dejarlo a un lado; ni mucho menos olvidarlo. Pero no tienes elección y en ese momento quieres volver atrás, vivirlo todo de nuevo y congelar el tiempo para que no acabe. Pero no puedes, y te sientes impotente al ver que todo llega a su fin. Que no vas a volver a ver un amanecer con él, ni ser la hija perfecta. Ni simplemente escuchar tu canción favorita. Ves, que la luz se va acercando y que no hay otra opción de escapar o huir. Y entonces, algo viene y lo arregla todo. Es algo que te da a elegir entre llegar a la luz o volver a lo de antes. Y eliges volver a nacer y te sientes feliz por esa suerte que llegó antes de que acabara todo y le das las gracias una y otra vez. Y así es la vida realmente. Tropiezas y caes y siempre viene algo que te salva, por pequeño que sea pero te salva. Y sigues; y vuelves a nacer. Y lo que prometiste de vivir el momento cuando estabas a punto de perderlo todo, se queda en el aire. Y sinceramente hasta que no estés en el punto del límite entre vivir o dejar de hacerlo; no te vas a dar cuando de lo que realmente importa en todo este juego que es la vida. Pero no te preocupes; ni tú. Ni nadie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario