viernes, 20 de mayo de 2011

Y un día tan normal, para mi tan especial. Pero especial hablando del mal.

Camino hacia lo desconocido, camino hasta encontrar fronteras que jamás había traspasado. Y es que este es el límite; El límite de todo aquello que me hizo feliz. Que cada paso que doy un recuerdo cae de mi cuerpo, repercute en mi cabeza y es algo que me quita el aliento , que me impide respirar y seguir hacia delante. Con cada paso me arrastro hacia mi atadura; hacia mi vida sin ti y no, eso no es lo que quiero. Y sin remedio, cojo el mismo camino de todos los días; En el que antes íbamos tu y yo de la mano. Con lágrimas cayendo recuerdo todas las promesas que se las está llevando el aire con forme voy saliendo sin quererlo de tu vida. Y me choco, tropiezo con la realidad que me inunda de mentiras y de falsas esperanzas. Caigo, y entonces me pongo a inventar las vidas que querría tener. Una vida contigo, una vida feliz; sin problemas. Una vida que esos extraños que pasan frente a mi creen tener. Y lo desconocido vuelve a cobrar sentido entre sentimientos que me inundan de dolor, se abre una puerta llamada amor y sufrimiento. Dos sentimientos que van relaciones por dos. Tu y yo. Un nosotros antes de haber pasado por aquel veintisiete de abril. Y quiero borrarlo todo excepto a él, que solo queden lo días en los que nos besábamos sin importar el tiempo ni día; Tan simple, como una extraña melodía. Mi felicidad va cesando hasta el punto de desaparecer al llegar a ese lugar. A esa parada de autobús donde un día ns vieron dejar de ser amigos. Ya no eres mío. Corre, sé libre. Vive; vive sin. Hazlo feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario