jueves, 25 de noviembre de 2010

Paraíso.


En el silencio de mis reflexiones, pasan todos los minutos vividos. Recorren mi mente y mis pensamientos mientras más abajo, late un órgano con fuerza. Para el mundo no soy nadie, otra más, pequeña e insignificante. Para tu mundo, soy algo menos que un granito de arena. Mundos, vidas diferentes que se cruzan por razones inexplicables. Millones y millones de personas en este mundo, y a veces solo necesitas a una. Y en el paraíso, tu sonrisa perfecta. No exiten las guerras ni los complejos, ni los afanes de reirse de la gente. Por suerte o por desgracia esto no es el paraíso. Ese lugar pocas veces existe, a ese lugar solo podemos acceder con una felicidad máxima en un momento determinado. Yo llegué un día a ese paraíso. Vi tu sonrisa perfecta, Vi a las personas. Sin problemas, despreocupadas. Salí de alli con la cabeza agachada. Y hoy, sigo mirando mis pies mientras otros tienen la suerte de pasar por el paraíso. Los días pasan, y en la tierra aparecen los problemas, las tormentas. Después de la tormenta llega la calma. Pero parece que esta no quiere amainar. Está durando bastante. Ya no llega la calma. Desde hace meses no veo el paraíso, no paso por allí y han desaparecido las esperanzas de hacerlo. No busco la felicidad máxima, solo algo que me haga sonreir.
¿Que hacer cuando hasta tu mismo has perdido la confianza en ti? Solamente.. recordar el sabor de la felicidad.

1 comentario: